
Imagen encontrada en la web sin conseguir obtener su origen.
Hace un tiempo oí hablar de la Neuroarquitectura y me pareció tan interesante que me lancé a leer sobre ella. Fundamentalmente porque siempre he pensado que nuestros edificios, esos en los que vivimos, trabajamos, estudiamos, nos divertimos y, nosotros como arquitectos, proyectamos deben ser entornos adecuados para las personas. Espacios funcionales no solo físicamente sino emocionalmente.